domingo, 28 de junio de 2009

enMUdecieron

En una semana “Dios” dio forma al mundo. Primero hizo el pasto y luego a las vacas para comer el pasto. Apropiadamente les puso cuatro estómagos para que no se indigesten con tal verdura.
Sin embargo un grupo reducido de vacas comenzó a popularizar entre las demás una especie de quejido "mu" de protesta en total rechazo a los yuyos que les habían encargado comer.
Para atender tal desacato se vio obligado Dios a tomarse una nube, decender del Olimpo al medio mundo, e impropiar una de retos y truenos, maldiciones y manchas a aquellas vacas rebeldes.
Entró al potrero donde se encontraban y en el instante mismo que abrió la tranquera, la resistencia vacuna enmudeció.
Según dicen, aquel Dios enfurecido castigó a las vacas por aquel quejido –mu- de tal manera que desde ahí y para siempre, este sería su única expresión.
Por eso cuando alguien entra al potrero donde un hato de estos rumiantes pasta, lo miran a uno. Con esa cara de retardo, impávida y vacía. Llena de pestañeos y esporádicos mastiques.

El mundo entonces, había quedado colmado de seres estúpidos. Sabiamente lo advirtió Dios. Entendió que precisaba algún ente capaz de comprender todo aquello que tanto trabajo le había llevado hacer y fue más allá.
Cansado de semejantes pruebas sin sentido y en claro ímpetu reivindicatorio, con su nuevo diseño intentó acercarse a la perfección y mirándose al espejo creo algo a su imagen. Como esto también le salió mal, hizo al hombre.

Tanto ajetreo, finalmente lo dejó rendido y con tal cansancio encima, supo que ya no podría hacer algo mejor. Acabo por refugiarse en una garita, sentado y esperando la nube azul que lo llevara otra vez y devuelta al Olimpo.

Fin.

Desde el Génesis fueron las vacas quienes instituyeron el espacio. De su altercado con el creador devino el hombre, a quien se le traspasó tal tarea. Desde entonces es quien le da razón de ser a toda la creación.
Entre el hombre que piensa (y se aleja del animal) y el espacio, se desarrolla la dialéctica del habitar.

Nos preguntamos, ¿Existe el espacio sin el hombre?

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